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Hoy se cumplen 132 años del nacimiento del eminente cangués Francisco Beceña González. Prestigioso catedrático de Derecho Procesal, es recordado por los estudiosos del Derecho como uno de los grandes juristas españoles y el gran renovador de los estudios procesales en España[i] y, sin embargo, en Cangas de Onís es apenas conocido a pesar de las valiosas contribuciones que realizó para la mejora y engrandecimiento de su ciudad natal, aportaciones que aún están por estudiar.

Francisco Beceña González en el año 1934

Valgan como ejemplo y recuerdo en este día, las que menciona el periódico El Sella en su número del 4 de agosto de 1934:

Gestiones fructíferas

En el número anterior decíamos que Cangas estaba de enhorabuena, puesto que en el Consejo de Ministros celebrado el día 25 había sido aprobado el proyecto de construcción del edificio para Grupo escolar, obra tan esperada por todo el vecindario, ya que los locales donde actualmente reciben educación los niños no reúnen las condiciones debidas.

Con la aprobación de este proyecto son ya tres las mejoras conseguidas para la ciudad: reposición de la cárcel de partido; subvención para la terminación del edificio del Instituto, y la conseguida ahora. Y a estas tres pronto añadiremos –según noticias particulares dignas de crédito– otra muy importante: la pavimentación de la travesía de la ciudad, o sea las calles de San Pelayo y Mercado.

Todas estas noticias, al recibirlas la primera autoridad local, corrían como reguero de pólvora por la ciudad, reflejándose en todos los semblantes la más viva satisfacción.

Unánimemente se oían calurosos elogios al insigne cangués don Francisco Beceña, quien con gran tesón ha venido siguiendo punto por punto los trámites de los distintos expedientes, no cesando hasta lograr verlos convertidos en Decretos.

El Sella, defensor de los intereses locales y comarcales, que desde su fundación ha venido batallando porque se resolvieran satisfactoriamente estos y otros expedientes, pendientes aún en distintos ministerios, expresa su profundo reconocimiento al citado señor Beceña y no duda completará la obra emprendida hasta conseguir que vuelva para Cangas la Caja de Recluta, tan injustamente suprimida, y que circule nuevamente el Tranvía de Arriondas a Covadonga.

A nosotros nos consta que los trámites de ambos asuntos los viene siguiendo el señor Beceña con el mayor celo, y aún comprendiendo que la restitución de la Caja a Cangas es cosa algo difícil, por haber sido suprimida por una Ley, espera que los altos Poderes de la Nación, al hacer nuevas reformas de unidades de Guerra –que según el ministro del ramo las piensa llevar a cabo en los nuevos presupuestos–, tendrán en cuenta la injusticia cometida con la zona oriental de Asturias, y volverán a establecerla en esta ciudad.

También nos consta que con el mismo tesón está batallando porque sea un hecho la construcción de la carretera de Cangas a los Lagos, que tantos beneficios habrá de reportar a esta ciudad, a los pueblos de Nieda y Següenco, a los ganaderos que llevan sus ganados al puerto y al turista, que de esta forma tendrá un medio más rápido y cómodo de comunicación con las bellezas de estas montañas.

Aunque no ignoramos la modestia del señor Beceña, enemigo de autobombos y ditirambos periodísticos, nosotros nos creemos obligados –por considerarlo de justicia– a patentizar una vez más la constante y eficaz labor realizada por dicho señor en beneficio de Cangas y su comarca. Y no es menos merecedora al agradecimiento de todos los cangueses nuestra primera autoridad local, quien con plausible celo y altruismo ha puesto y pone toda su influencia e interés al servicio del concejo que le eligió para regir sus destinos.

Cangas, pues, tiene contraída una deuda de gratitud con los señores don Francisco Beceña y don Constantino González.

Y esperamos que no pasará mucho tiempo sin saldarla, tributándoles un homenaje digno de sus merecimientos, en cuya organización deben participar representaciones de todo el pueblo, sin distinción de clases sociales ni matices políticos.

Artículo publicado en El Sella, Cangas de Onís, año II, núm. 40, 4 de agosto de 1934, p. 1.


[i] Entre otros:

–Bermejo Castrillo, Manuel Ángel, «En los orígenes de la ciencia procesal española. Francisco Beceña: trayectoria académica, inquietudes docentes y aportación doctrinal», en CIAN. Revista de historia de las universidades, Madrid, Universidad Carlos III, vol. 11, núm. 2, 2008, pp. 143-211.

–Cachón Cadenas, Manuel, Francisco Beceña: un procesalista de primera hora, Barcelona, Atelier, 2017.

–Montero Aroca, Juan: “Aproximación a la biografía de Francisco Beceña”, en Revista de Derecho Procesal Iberoamericana, 1980, núm. 1, pp. 131-163.

–Tomás Ortiz de la Torre, José Antonio, «Francisco Beceña (189-1936) ochenta años después: notas recordatorias y alguna apostilla con motivo de un aniversario», en  Revista jurídica de Asturias, Oviedo, Academia Asturiana de Jurisprudencia, núm. 39, 2016, pp. 75-119.