Me ha hecho mucha ilusión añadir esta fotografía de José González Merás a nuestra colección de imágenes antiguas. Cierto que el puente viejo de Cangas de Onís ha sido retratado miles de veces (ahora, con los teléfonos móviles, ya serán millones) pero ese buen señor que se encuentra en la acera del puente nuevo, no hace mucho ensanchada para que los visitantes pudieran tomar con comodidad y sin excesivo peligro su instantánea del monumento, trae en sus manos una cámara estereoscópica.

La estereoscopía está fundada en la vista humana, en la separación de nuestros ojos que causa la percepción de imágenes ligeramente distintas. En paralelo, la cámara estereoscópica, con su par de objetivos, obtiene dos registros fotográficos diferentes que, al ser contemplados mediante el estereoscopio, son fusionados por el cerebro en una visión única y tridimensional.

Como no soy ningún entendido en fotografía, agradecería a quienes saben cualquier comentario al respecto, en especial si alguien identifica al fotógrafo. El modelo de cámara que sujeta este señor es una Gaumont Grand Prix 1900.