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Señor don Francisco Pendás González. Cangas de Onís.

Mi estimado amigo: Constituiría en mí una ingratitud si intentase siquiera sustraerme a cualquier homenaje que en honor del queridísimo amigo don Elías J. de Con y Tres se pretendiese realizar. Huelga, pues, manifestar que prestaré mi humildísimo concurso a cualquiera idea o propósito que pueda contribuir a enaltecer la memoria de aquel hombre ejemplar, todo corazón, que enalteció la patria difundiendo cultura e ideales de progreso social y alivió en lo que pudo los dolores de sus semejantes con una liberalidad poco vista en los tiempos actuales en que el egoísmo parecer guiar las acciones de los hombres.

La idea de V. Equis y Zeda de hacer algo más que dar el pésame a la familia del fallecido amigo, me pareció acertada, como la de levantarle un busto en el espacioso campo de San Pumés. No desdeño el busto coronando una fuente pública, pero lo hallo menos factible, porque ello significaría quizás un compás de espera hasta la traída de las aguas y pudiera suceder que en ese tiempo, aunque no lo creo, se apagasen los entusiasmos y los buenos deseos actuales se tornasen en indiferencia.


Elías José Con y Tres con sus jóvenes familiares Teresa y Pedro de la Fuente.

Hace varios años, por iniciativa de los hijos de Mestas de Con residentes en México, se abrió en este país una suscripción, que más tarde se extendió a Cuba y otras poblaciones, para construir en Mestas un edificio destinado a escuela pública. Era voluntad de los donantes que la escuela llevase el nombre de «don Elías José de Con y Tres». Cerradas las listas de suscripción, las cantidades recaudadas fueron remitidas inmediatamente a Mestas. Cuando todos creíamos que la escuela se construiría, con ayuda de las corporaciones oficiales o del Estado y particulares, pues todo iba por buen camino, se hace el asunto cuestión política, sin conocer las causas y el motivo y los que no pensaban acerca de la gobernación del país como el bueno de Con y Tres, se oponen a que la escuela lleve su nombre negando su concurso a este propósito noble, y no sé si salvando alguna excepción, ¡hasta la comisión encargada de llevar adelante el proyecto opinaba que la escuela no llevase tal nombre!

¡Pasemos un velo a tan pequeñísimos procederes!

La escuela de Mestas de Con necesariamente tiene que ser construida, y sea por cuenta del Estado o por particulares no creo que haya quien se oponga a contrariar la voluntad de aquellos hijos de Mestas que allende los mares enviaron fondos para que en su pueblo se construya una escuela que lleve por nombre el de uno de sus más distinguidos hijos, pero sea como fuere, pónganse o no inscripciones que lo expresen, la futura escuela de Mestas de Con llevará el nombre de «don Elías J. Con y Tres», porque así la llamaremos los numerosos amigos dispuestos siempre a honrar su memoria en todo momento.

Al hacer historia de esto que acabo de manifestar, no me guía otro propósito que el de indicar si el busto pudiera emplazarse en las inmediaciones del edificio para escuelas, teniendo en cuenta que aquél se construya en sitio céntrico, adecuado al fin que nos proponemos, y si esto no fuere factible por cualquier circunstancia, ¿no se podría hallar en Mestas unos metros de terreno, en buen sitio donde se pudiese emplazar dicho busto sobre base que simbolizase sus hechos, rodeada de jardinillos cerrados por sencilla y elegante verja de hierro?

Como para realizar estos propósitos que nos animan se necesita una organización, elíjase una junta, y que ésta recaude fondos, encargue el proyecto a persona competente y todos los amigos a trabajar con constancia y entusiasmo, para que el nunca bien llorado amigo tenga algo más que el recuerdo de nuestros corazones, algo que perpetúe su memoria a través de los tiempos.

Llevaré en mi alma recuerdo perenne del amigo Con y Tres que, con orgullo lo digo, fue siempre uno de mis mejores amigos, puedo decir que guió mis pasos en la juventud, fue mi maestro, vitalizó mi espíritu y supo levantar en mi corazón un altar a los ideales democráticos y hacerle rebelde a toda clase de tiranías.

Que el propósito que nos anima a todos los amigos de Con y Tres lo veamos pronto realizado desea tu afectísimo s. s.,

Ángel Sarmiento González. Corao, 18 de enero de 1926.

Carta publicada en El Popular, Cangas de Onís, año VII, núm. 245, 21 de enero de 1926, p. 2.