Etiquetas

, , ,

IMG_8594copia

Nadie podrá decir que la ruina de esta casa y, por mejor decir de casi todas las construcciones dieciochescas del pueblo de Corao Castiellu, sea una sorpresa. Las edificaciones que hacían de este lugar el entorno histórico menos degradado y más hermoso del concejo de Cangas de Onís se vienen abajo.

IMG_8597

A continuación, el capítulo dedicado por José Manuel Trespando Corredera a Francisco de Soto Sobrecueva, constructor de esta casa y fundador de la escuela de Corao Castiellu, en el libro La Casa de Soto.

Al mencionar a Francisco Antonio Soto Posada, el primogénito de Felipe de Soto, comentamos que se vio envuelto en el pleito planteado en 1770 por los sobrinos de María de Noriega, difunta esposa de Francisco de Soto Sobrecueva. Tras la muerte de este el 7 de febrero de 1770, Marcos Noriega, vecino de Onao, María de Noriega, vecina de Cangas de Onís, Teodoro Noriega, ausente en los Reinos de Castilla, y Cipriano Teleña, vecino de Cardes, sobrinos políticos del difunto, plantearon pleito a Francisco Soto Posada, a Francisco Soto Noriega y a Fernando José Noriega, como testamentarios que eran del difunto Francisco Soto Sobrecueva, reclamándoles los bienes gananciales que les correspondía por María de Noriega, su tía y legítima esposa del fallecido, pues al testar éste ni tan siquiera los mencionó. Con el tiempo, pasó este pleito a la sala de la Real Chancillería de Valladolid[887], donde se prolongó durante varios años. En 1774, Marcos, María y Cipriano Noriega ya han fallecido por lo que serán Beatriz Alonso Boyles y Manuela Noriega, respectivas viudas de Marcos y Cipriano Teleña, junto con el ausente Teodoro Noriega, los que continúen pretendiendo la parte de María de Noriega[888]. Concluyó el pleito el 16 de noviembre de 1777 al dictaminar Valladolid auto por el cual debían entregarse a los demandantes la cantidad de 20.000 reales en concepto de «la mitad de Gananciales Corresponte a su tia Maria de Noriega»[889].

Poca información ha trascendido de este Francisco de Soto. Nacido en el lugar de Corao Castillo el 16 de junio de 1691 fruto de la unión, en 1688, de Antonio Soto Fernández con María Sobrecueva Alonso, su pariente consanguínea en tercero y cuarto grado, contrajo matrimonio en Cangas de Onís el 15 de octubre de 1713 con María Noriega, natural de Onao, lugar donde fallecería el 29 de diciembre de 1743[890]. Tras unos años de relación conyugal, determinó Francisco pasar a Nueva España donde «se mantuvo en su comercio más de cuarenta años haciendo fortuna», regresando años más tarde a Corao Castillo y con él un considerable patrimonio. Nos da una idea del capital reunido por Francisco de Soto la declaración que han de realizar sus testamentarios el 1.º de marzo de 1770 cuando, en el lugar de Labra, Francisco Antonio Soto Posada declara que «solo entraron en su poder la cantidad de quarenta mill rs vn en piezas de oro y plata con mas veinte y dos livras, y seis onzas de plata». Esa fecha, en Corao Castillo, Fernando José Noriega dice haber recibido todas las escrituras censales, obligaciones y demás papeles del difunto. Y en Soto de Cangas, Francisco de Soto Noriega, indica haber recibido todo el dinero metálico que se hallaba en su casa de morada del difunto y que ascendía a «zinqta y siete mill quintos y veinte y zinco rs y veinte y dos mrs del vn», más otro lote de «nuebe mill seiscientos y veinte y tres rs y doce mrs». A lo anterior, habrá que añadir los bienes que están en poder de Diego de Soto, su sobrino y escribano de Corao Castillo, que declara tener en depósito «la casa de morada de su tío y los enseres y alajas de la misma».

Francisco Soto Sobrecueva testó en Corao Castillo el 1 de febrero de 1770 ante Juan Manuel Sarro Cueva, escribano de Grazanes y penúltimo de los que de este apellido están al frente de la escribanía. Dejó por heredero por vía de mejora y mayorazgo perpetuo a su sobrino Diego de Soto Beceña, hijo de su hermano homónimo Francisco de Soto Sobrecueva y de María Ana Beceña Tejuca. Entre otras disposiciones testamentarias indica que es su voluntad fundar una capilla a la advocación de San Antonio de Padua «en la capa qe yo hize sita delante de la mi casa de morada», para lo cual deja 4.000 ducados de provisión de censos. Nombra por patrono de la misma a su sobrino Diego de Soto y por capellán a su hijo José Ramón de Soto[891], «y digo y declaro qe el dho Joseph Ramon de Sotto qe llevo nombrado pr primo capellan es niño de ocho o nueve aos y qe por qe no se puede regir ni governar […] es mi voluntad se nombre una persna qe rija govierne y cobre los reditos de los zensos […] y a costa de ellos le alimente y le ponga estudios, bista y calce». Indica que la capilla «se a vendezir a quenta de mis vnes» y que el primer capellán, en este caso su hijo, como los que le sucedan, han de vivir en Corao Castillo para lo cual, a costa de sus bienes, indica que sea comprada la casa de María de Labra para que esta quede de forma continua como residencia del capellán.

Deja también a José Ramón de Soto algunos bienes menores, como alhajas, ropa de cama, etc., que ha de compartir con su hermana Francisca de Soto, a la que en otro punto del testamento indica claramente «Francisca de Soto mi hija natural», que por su corta edad ha de quedar a cargo de Francisco de Soto Posada, designando para su crianza la cantidad de 2.000 ducados. No firmó Francisco su testamento por impedírselo la enfermedad, haciéndolo en su nombre Juan Manuel Sarro, escribano ante quien pasó.

campana

Imagen 61. Campana de la capilla de San Antonio (Corao Castillo, Cangas de Onís). Gentileza de Manuel Gelot Soto. Fotografía de Juan Martínez Dalmau.

Francisco mandó construir la referida capilla a la advocación de San Antonio a su regreso de Indias, al tiempo que su casa de morada, en el año de 1758. No se sabe la fecha de terminación de las obras, pero probablemente finalizasen cinco años más tarde a tenor de la inscripción que reza bajo los blasones alojados en los contrafuertes de la citada casa: «AÑO DE 1763»[892]. La capilla presenta una entrada en franca ruina, de la que a la fecha solo se conservan los pilares y muretes de mampostería que en su día sustentaron la techumbre que daba acceso a la misma a través de un arco de medio punto. Se trata de una edificación sencilla, de sillería con cubierta a cuatro aguas en cuyo interior alberga un sencillo altar bajo una bóveda de crucería con pinturas policromados en un lamentable estado de conservación, el mismo que presentan los realizados en el interior de sus muros cuyo deterioro y humedades apenas dejan entrever sus motivos religiosos, las armas de los Soto a la derecha del altar, donde apenas se vislumbra el águila exployada y los candados abiertos sobre la inscripción que indica «ARMAS DE LA CASA DE SOTO». Parece lógico pensar que en el muro opuesto se encontrase una representación de las armas de los Labra, pero la extrema decoloración de las pinturas imposibilita comprobar su existencia.

IMG_3855

Imagen 62. Armas de los Soto.
(Casa de los Soto-Labra, Corao Castillo, Cangas de Onís, Asturias).

Frente a la capilla, a escasos metros, también muy deteriorada, encontramos la casa que en su día fue morada de Francisco y que hoy es conocida como la casa de los Soto‑Labra. Se trata de una edificación a cuatro aguas, de sillería rectangular de dos plantas, accediéndose a la estancia superior, la más noble, por una sobria escalera de sillería sita en el lateral de la edificación. En su fachada suroeste, la que enfrenta la casa con la capilla, presenta el zaguán y sobre éste, un corredor volado parcialmente cegado por una “estancia habitación” que denota una reedificación posterior. Todo el zaguán está delimitado por dos muros de carga en cuyas esquinas se conservan los contrafuertes apoyados en ménsulas, y en ellos, los escudos blasonados de la casa; a la izquierda, según se mira, el de los Labra y a la derecha las consabidas armas de los Soto[893].

Escuela Corao Castillo

Imagen 63. Capilla y escuela de Corao Castillo. Dibujo de Leandro Llanos.

A mediados del s. XVIII será Francisco de Soto Sobrecueva quien tenga a bien y de forma filantrópica fundar en Corao Castillo la primera escuela del concejo, adelantándose medio siglo a la que más tarde se fundará en la villa de Cangas de Onís[894]. Mediante escritura dada en Corao Castillo el 15 de enero de 1760[895], dotará generosamente a costa de sus rentas la fundación de la obra pía de la escuela anexa a la capilla del Santo Ángel, sita en el lugar de Corao Castillo[896]. Para tal fin, otorgará los réditos de 37 escrituras de censos realizadas entre finales de 1758 y principios de 1759, y cuya cuantía ascenderá de 2.408 ducados[897]. Dará el patronato de la misma a sus vecinos con la obligación de que sean estos los encargados de nombrar maestro, el cual, enseñará a leer, escribir y contar «las cinco reglas»[898] a los hijos de los vecinos de Corao Castillo y demás lugares de la parroquia de Abamia, e igualmente a los hijos de los vecinos de Onao, Tárano y Villaverde. A lo largo de los siglos XVIII y XIX continuaron los patronos realizando censos a favor de la escuela que mantuvo su funcionamiento hasta los años setenta del s. XX (dependiente del Estado durante el último medio siglo) y por cuyos pupitres pasaron tan insignes personajes como Eduardo Llanos Álvarez de las Asturias, por citar alguno.

Publicado en: Trespando Corredera, José Manuel, La Casa de Soto : el linaje olvidado de Cangas de Onís, Corao, Ayuntamiento de Cangas de Onís – Sociedad Perriniana de Corao, 2017, pp. 319-324.

Notas

[887] Pleito de Marcos Noriega, vecino de Onao, y consortes, con los testamentarios que dejo Francisco de Soto Sobrecueva, de C. Onís, sobre la división de los bienes gananciales que dejo María de Noriega, tía de los demandantes y esposa de Francisco de Soto. Año 1773. AChV, Registro de Ejecutorias, caja 2932, pieza 4. Adjunto a este pleito, hallaremos un libro de 222 folios que contempla la «Compulsa del pleito que litigó D. Marcos Noriega contra los testamentarios de Francisco de Soto Sobrecueva». Hay una nota al margen del libro que dice «PAJA».

[888] Ejecutoria del pleito litigado por Beatriz Alonso Boyles, viuda de Marcos de Noriega, con Francisco de Soto y Posada, vecino del lugar de Fabra, en el concejo de Cangas de Onís, sobre la pertenencia de varios bienes. Año 1777. AChV, Registro de Ejecutorias, caja 3417, pieza 23.

[889] Ibíd.

[890] «Mugr que era de Dn Franco de Soto Ausente en Yndias vezs que fueron del lugr de Onao […] hizo memoria y no dejo manda pia». AHDO, Libros Parroquiales de Cangas de Onís, Difuntos 1733‑1809, legajo 10.3.17.

[891] Que no sea él y sí el escribano Diego de Soto el heredero de los bienes de Francisco, da a pensar que José Ramón sea hijo espurio y no legítimo, al igual que ocurre con Francisca, a la que su padre sí reconoce como tal. El tener José Ramón una edad de ocho o nueve años en el momento de testar su padre, hemos de poner su fecha de nacimiento hacia 1762. Curiosamente es en Corao Castillo donde nace el 29 de febrero de 1762 un niño al que bautizan el día 1º del mes siguiente con el nombre de José Ramón, único con ese nombre a lo largo de varios años en ese concreto lugar. Constan como padrinos del niño Ramón y María Antonia Sobrecueva, vecinos de Coraín, siendo sus padres Juan Pría y María Intriago. Entre las disposiciones testamentarias de Francisco de Soto aparece una en la que indica que deja a María, su ama, además de otras «cosillas», 50 ducados y una vaca preñada. Y a Antonio de Pría, su criado, 24 ducados.

[892] La campana de la capilla dice en su inscripción: «IHS MARIA Y IOSEPH AN 1769». Agradecemos a don Manuel Gelot Soto las facilidades para su consulta. Vid. imagen 61.

[893] Vid. imagen 62.

[894] En documento dado en el lugar Onao a 22 de junio de 1812, Sebastián Posada Soto, vecino de este lugar, indica el fallecimiento de su hermano Felipe Posada Soto, canónigo de la catedral de Oviedo, quien mediante testamento dado en esta ciudad el 3 mayo de 1808 funda la obra pía de la escuela de primeras letras de Cangas Onís. APCO, Protocolos de Francisco Antonio García, años 1810–1814, legajo 88–I.

[895] Vid. transcripción del documento en: Anexo D.

[896] Vid. imagen 63.

[897] Debió de omitir el escribano algunas escrituras, pues si contabilizamos lo censado en las 37 escrituras relacionadas, veremos que su montante es de 2.276 ducados y no los 2.408 que se mencionan al inicio de la escritura de fundación.

[898] «que son sumar e restar e multiplicar e medio partir e partir por entero». Gutiérrez de Gualda, Juan, Arte breue y prouechoso de cuenta castellana y arithmetica donde se muestran las cinco reglas de guarismo por la cuenta castellana, y reglas de memoria. Año 1556. BN, VE/174/10.