Comentadas por Javier Remis Fernández
6. Vista de la Colegiata de San Fernando

Vemos aquí cómo se alza sobre los grandes muros de piedra y sobre la rampa que da acceso a la parte alta del santuario el sobrio edificio de la Colegiata de San Fernando. Este templo, de finales del siglo XVI, fue levantado sobre un monasterio anterior, aunque posteriormente sufriría reformas y transformaciones debido a las caídas de grandes rocas del monte Auseva.
Su torre, construida para albergar un reloj y las campanas, aparece en la fotografía mimetizada con la peña del Auseva y es difícil apreciar si ya se habían producido derrumbes sobre su tejado.
En la explanada que hay delante de la entrada principal puede verse un pequeño campo en el que hay plantados algunos árboles que ocultan parcialmente un cobertizo mientras que al fondo de la terraza que rodea el edificio, por su parte izquierda, aún se aprecia el pequeño osario del desaparecido cementerio. En el extremo derecho, al lado del camino, se vislumbra el canapé del abad Campomanes. En una copia de esta fotografía, publicada por Luis Menéndez Pidal (La Cueva de Covadonga, Madrid, 1956, p. 129), se aprecia con mayor claridad.
Al fondo vemos la Santa Cueva, donde puede apreciarse el humilladero construido en 1820.
7. Cobertizos y entrada a la colegiata

La puerta de entrada al edificio de la Colegiata de San Fernando era el lugar utilizado por la inmensa mayoría de los peregrinos que llegaban a Covadonga para acceder hasta la Santa Cueva. Tras atravesar su claustro, subiendo por unas escaleras que se encontraban cerradas por un muro de piedra y una techumbre, se llegaba a la imagen de la Virgen. Por esta puerta es por la que entró Sanz y Forés en su primera visita al santuario el 29 de junio de 1872, no sin antes pasar por delante de los cobertizos que se ven a su derecha, acostados sobre la falda del monte Auseva. Estos habían sido utilizados por los obreros que trabajaron a las órdenes de Manuel Reguera, arquitecto encargado de edificar el templo diseñado por Ventura Rodríguez, para labrar la piedra que emplearon en el basamento de la frustrada obra. En el momento en el que Villarmil los retrató, según nos dice Menéndez Pidal en su libro La Cueva de Covadonga, estos cobertizos ya sólo servían para dar cobijo a los carros y caballos de los peregrinos que llegaban hasta el santuario.
A partir de 1908 es cuando el ingeniero Víctor García de Castro proyecta y excava el túnel de acceso desde la explanada alta para acceder de un modo más cómodo hasta el interior de la Santa Cueva.
8. Canapé y casas de los canónigos

En esta inédita vista del Santuario de Covadonga podemos observar cómo eran las antiguas viviendas de los canónigos que el obispo Caballero de Paredes había ordenado levantar en el año 1642.
Tomada desde la explanada que hay delante de la entrada de la colegiata en la fotografía pueden apreciarse las huertas existentes frente a las casas de los canónigos, cerradas por unos muros de piedra.
En primer plano aparece el antiguo canapé mandado levantar por el entonces abad Nicolás Antonio Campomanes y Sierra el cual, a día de hoy, aún se conserva incrustado en la fuente que hay en el patio que separa los edificios de la colegiata y la actual Casa de Ejercicios con la inscripción original que dice así:
REINDO LA MAGD
DE CARLOS III Y SIENDO ABAD DE ESTA SU RL CO LEGTA DN NICOLAS ANTO CAMPOMANES Y SIERRA
SE FABRICARO LAS ESCALE RAS DE ESTA IGLA EL PAREDN Q. LAS SOSTINE LOS PUENTS DEL MOLINO Y BBAJO DEL SAN CTUARO Y LAS CALZADS DESDE LA RIERA HAS
TA ESTE SITIO.
AÑO DE 1777
9. Camino que conduce hasta las casas de los canónigos

Vista del camino que conduce hasta la parte alta del Cueto; al fondo se ve una gran casona de estilo popular situada junto a la Capilla del Campo y el antiguo cementerio. Cuando Villarmil toma esta vista, desde la parte trasera del cobertizo que había delante de la colegiata, bajan por el camino un grupo de personas, entre ellas varios canónigos que se dirigen hacia la Casa de las Novenas.
10. Antiguo camino de subida a Covadonga

Casi imperceptible, en la parte izquierda de la fotografía, aparece bajo una gran vegetación el antiguo camino por el que los peregrinos llegaban hasta el santuario antes de la construcción por el abad Campomanes del nuevo que subía desde el pueblo de La Riera. Este camino quedaría cortado al realizar las obras y muros proyectados por dicho abad, utilizando los peregrinos a partir de entonces el que sube por la parte izquierda y pasaba por delante de la llamada Casa de la Relojería, en referencia a los hermanos Miyar relojeros establecidos durante un tiempo en Covadonga, y luego Casa del Inglés por ser la residencia del ingeniero jefe de la sociedad británica que explotaba las minas de Buferrera.
En lo alto del cerro aparecen de nuevo las viejas casas de los canónigos que Sanz y Forés reforma y ordena anexionar al gran caserón que se encontraba muy cercano al antiguo cementerio, en lo último del Campo del Collado.
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Fotografías y comentarios publicados en: Remis Fernández, Javier, Prieto Aza, Jesús & Pantín Fernández, Francisco José, La Covadonga que transformó Sanz y Forés, Cangas de Onís, Ayuntamiento de Cangas de Onís, 2018, pp. 33-53. Con la colaboración de Tadeo Pantín Bobia.