
“Murió Leonor”. Belén Santos, responsable en su día de la organización y catalogación de la biblioteca del Ateneo Español de México, me daba la noticia ayer tarde. Le unía una inquebrantable amistad con la asturiana Leonor Sarmiento Pubillones, presidenta de la institución durante diecisiete años.
Era hija del líder campesino Ángel Sarmiento González y de Leonor Pubillones Vallina. Nacida en Corao (Cangas de Onís) en el año 1924 se exilia, con sus padres, hermanos y abuela, en 1937 al caer Asturias en poder de las tropas franquistas. Primero en Francia, donde vivió la Segunda Guerra Mundial en Las Landas, territorio bajo control alemán, y después en México, a partir de 1952, donde residirá hasta su fallecimiento en compañía de su esposo, su hija Iberia y demás familia. En un capítulo del libro colectivo Nuevas raíces : testimonio de mujeres españolas en el exilio (México, 1993), narra las difíciles circunstancias vividas: eran días de penurias, de miedo a los nazis, el apoyo a guerrilleros y fugitivos…
Leonor Sarmiento Pubillones visitó Asturias en el año 2008, cuando la Asociación Cultural Abamia celebró el centenario de la Sociedad de Labradores El Despertar con una exposición y un ciclo de conferencias. Emocionada por el regreso a Corao y gratamente sorprendida por el homenaje que se rendía a su padre y a cuantos lucharon por una vida mejor para los campesinos, pronunció una charla titulada Testimonios y remembranzas de una época muy difícil. Su estancia nos permitió conocer mejor la figura de Ángel Sarmiento, sindicalista agrario, presidente de la Federación Agrícola Asturiana, periodista y diputado en las Cortes constituyentes de la Segunda República.
En el exilio mexicano trató a muchas de las figuras españolas acogidas por el presidente Lázaro Cárdenas, al que admiraba, por permitirles una vida digna y libre. Asturianos como los escritores Celso Amieva y Federico Patán o el actor Germán Robles, nieto de Pachín de Melás, y españoles universales como León Felipe, Max Aub, Claudio Sánchez Albornoz y los Miaja, fueron algunos de ellos.
Siempre atenta y colaboradora en cuantas iniciativas enalteciesen el legado republicano, en 1978 Leonor Sarmiento tuvo la determinación y el coraje de lanzarse a presidir el Ateneo Español de México, lugar de encuentro y acogida, no solo de los intelectuales y artistas, sino también de cuantos españoles llegaron al país azteca como consecuencia de la guerra civil. El ateneo se encontraba en riesgo de disolución y durante su presidencia, gracias al entusiasmo, la convivencia y la ayuda desinteresada de todos, la institución salió adelante. Con la esperanza y el horizonte de convertir la institución en un centro de estudios del exilio español reunió y clasificó un importante fondo documental y artístico donado por los españoles. Su desinteresada actuación fue premiada por el Gobierno de España en el año 1998 concediéndole la encomienda de la Orden del Mérito Civil.
Leonor Sarmiento Pubillones falleció el día 8 de mayo de 2021 en Cabo San Lucas (Baja California, México). Mi más sentido pésame.