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Casa de Soto, Onao, Posada y Soto, Primer presidente del Tribunal Supremo de España, Tribunal Supremo
Por José Manuel Trespando Corredera
De Ramón Felipe de Posada y Soto poco podemos aportar a lo ya expuesto por Vicente Rodríguez García en sus trabajos sobre tan ilustre personaje[1]. Nacido en el lugar de Onao el 3 de enero de 1746, recibirá a los 20 años el grado de bachiller y un año más tarde se licenciará en Leyes y Cánones por las universidades de Osma y Ávila. Hizo tres lecciones de oposición a las cátedras de Decretales Mayores, Sexto y Clementinas, cumpliendo con la última en noviembre de 1769. Un año antes, empieza a trabajar en la universidad vallisoletana donde estará hasta 1772. Será uno de los fundadores del Gimnasio Carolino de Leyes y Cánones de esta universidad, de la que será elegido rector. Participará en la academia abulense Canónica‑Civil de Francisco Quadrillero en la que ejercerá los cargos de fiscal y secretario. A fecha 22 de febrero de 1773 obtendrá título de abogado por el Real y Supremo Consejo de Castilla[2], año en que pasará a residir a la villa de Madrid junto a su hermano Felipe tal y como indican los padrones de Llanes: «Dn Ramon Graduado de Bachiller y en ambos derechos, Dn Felipe Graduado de Bachiller residentes en la villa de Madrid»[3].
En junio de 1774, en atención a sus dibujos presentados y a las «distinguidas circunstancias de nacimiento, educación y destino» es nombrado académico de honor y de mérito en la pintura de la Real Academia de San Fernando, cargo del que toma posesión el 7 de julio siguiente. Unos meses antes, en abril, concretamente el día 27, es nombrado oidor de la Real Audiencia de Guatemala por lo que el 19 de julio parte para la ciudad de Cádiz adonde, tras varias jornadas de viaje, llega el 2 de agosto. Permaneció allí durante un mes, «yo estube solamente un mes, no pude [más] por las ocupaciones de envarque»[4], tiempo que ocupó en tramitar su viaje a Indias, obteniendo la licencia de pasajero para embarcar el 20 de agosto[5]. Tomó posición de su cargo de oidor en Nueva Guatemala el 22 de diciembre de ese año de 1774.

Un año más tarde, en julio de 1775, es nombrado vocal de la Junta y también comisionado para el repartimiento de los indios que se debían sacar de los pueblos con destino a obras[6]. A partir de entonces, Asesoría de Cruzada, Intendencia del Real Palacio, Monte Pío de Viudas y Pupilos, Juzgado General y Privativo de Censos, Comunidades de Indios, Real Junta del Tabaco, etc., serán lugares, al unísono con su vocalía, donde ejercerá eficientemente otros desempeños.
El 21 de abril de 1779 será provisto alcalde del crimen de la Real Audiencia de Lima y por Real Decreto de 18 de octubre de ese año pasará a ser fiscal de la Real Audiencia de México, «del consejo de su Magd su fiscal más antiguo en la Rl Audiencia de Mexico» como se hace constar en padrones de Llanes de 1780. En octubre de ese año, concretamente el día 11, sale de Nueva Guatemala junto a su familia en dirección a México. Tras un viaje de 54 jornadas repartidas en 73 días, llegarán el 22 de enero de 1781 tomando al poco posesión del cargo de fiscal de lo Civil. Durante cuatro años prestará Ramón sus servicios en esta fiscalía, tres en la Protectoría de Indios y casi uno como fiscal del Crimen. Una idea de la ardua labor que desempeñó durante ese tiempo nos la dan los 31.106 escritos, entre procesos, causas, expedientes y pedimentos, que hasta el 1.º de agosto de 1788 pasaron por sus manos, estimándose que con su trabajo se aportó un ahorro a las arcas de la Real Hacienda de «diez y nueve mil setenta y dos pesos, quatro tomines, nueve y tres quartos granos»[7].
Por Real Orden del 25 de febrero 1783, se le nombra consiliario perpetuo de la Real Academia de San Carlos de México, de la que en 1788 será presidente de su junta de gobierno. Por otra Real Orden del 5 de julio, se le confiere la superintendencia del juzgado privativo del Ramo de Papel Sellado. Entre otros honores se le otorgó el 28 de julio 1785 la Real y Distinguida Orden Española de Carlos III[8], de la que recibió posterior notificación en México el 10 de diciembre de ese año.
En febrero de 1787, en atención a sus servicios y quebrantada salud, solicitará «retirarse a España con el sueldo de su plaza […] y alguna ayuda de costa para el viaje». Un año después, también en febrero, pedirá infructuosamente se dignen premiarle con una plaza en el Concejo de Indias o en su defecto en la Audiencia de la Contratación. En octubre de ese año intentará obtener, sin ningún éxito, plaza en el Ministerio de Hacienda. Mismo resultado que en ocasiones anteriores será el que obtenga en 1791 cuando vuelva a insistir en estas pretensiones.

Ramón de Posada y Soto, retratado por Francisco de Goya
(Young Memorial Museum de San Francisco, EE.UU). Procedencia: Wikimedia Commons
Al fin logró regresar a España pues el 8 de abril de 1793 inicia sus servicios en el Consejo y Cámara de Indias[9]. Será la época en que Francisco de Goya lo inmortalice en un excelente retrato, hoy expuesto en el M. H. de Young Museum de San Francisco, y en la que compagine sus funciones en el Consejo con otros cargos, como el de la vicepresidencia de la Real Compañía de Filipinas. El estallido de la Guerra de la Independencia le obliga a modificar sustancialmente sus quehaceres viendo como en mayo de 1808 la Junta Suprema y Gubernativa del Reino le encarga comisión para asistir a Bayona. En previsión de lo que allí iba a acontecer, Ramón de Posada renunciará a la plaza como bien queda reflejado en carta redactada de su mano en Madrid el 3 de noviembre de 1808,
que cuando la tarde del 19 de Mayo le nombro el Consejo de Yndias para pasar a la Asamblea de Bayona, se escuso verbalmente de esta comision con varios motivos, que hizo presentes, y no habiendose tenido por bastantes, hubo de repetirlos al dia siguiente por escrito; pero desatendidos tambien, hizo tercera diligencia, y representación al Duque de Berg, quien le eximio por fin de la expresada concurrencia[10],
en clara alusión a la carta fechada el 23 de mayo de 1808 y firmada por Sebastián Piñuela, Secretario de Gracia y Justicia de Fernando VII, donde indica «El Sermo Sr Gran Duque de Berg, Lugar Teniente General del Reyno, en vista del oficio de Va fha. 21 del corriente de que le ha dado cuenta, se ha servido dispensar a V.S. de la concurrencia a la asamblea de Bayona»[11].
El conflicto bonapartista le obliga a trasladarse a Cádiz donde es nombrado en 1812[12], según prevenía la constitución de aquel año, primer presidente del Tribunal Supremo de Justicia, pronunciando en su apertura un discurso que sería publicado en un «folletillo impreso de orden del mismo tribunal»[13]. Dos años más tarde Fernando VII regresa a España; y el 4 de mayo de 1814 emite el decreto que dará lugar a la restauración del absolutismo, la abolición de la constitución gaditana y la reforma de sus Cortes y, con ello, la supresión del Tribunal Supremo. Como consecuencia de lo anterior, Ramón se ve abocado al destierro en la ciudad de Toledo. Es aquí, en la ciudad de las tres culturas, en una casa sita en el número 11 de la calle Ciudad conocida como “Casa de los Toledo”, donde transcurren los últimos meses de vida del ilustrado Soto, pues el 14 de enero de 1815 fallecerá bajo disposición testamentaria escrita de su puño y letra, y otorgada en la ciudad de Cádiz el 28 de octubre de 1811 ante Feliciano García Sancho, escribano y notario público de la ciudad andaluza. Entre otras disposiciones incluirá una cláusula en la que pide que su cuerpo sea enterrado «en el campo santo […] y no en la parroquia donde falleciese»[14].
Ramón de Posada se casó en dos ocasiones, la primera en Nueva Granada el 28 de octubre de 1778[15] con Ana María Fernández de Córdoba Zayas[16]; fueron padrinos de boda los tíos de su flamante mujer: Matías de Gálvez, virrey de Nueva España, y su esposa Ana de Zayas Ramos. Fruto de este matrimonio nacieron: Vicente, que será abogado de los Reales Consejos[17], oidor de la Real Audiencia de Manila y diputado de la provincia de Nueva Cáceres en 1822; María Guadalupe, que falleció; Francisco, políglota, oficial del Ministerio de Gobernación y diputado a Cortes por Oviedo desde 1837 a 1839. En 1832 se casó en primeras nupcias con su pariente María de las Nieves de Posada Herrera[18] y en segundas con su hermana política Vicenta Posada Herrera[19], esta vez en 1847; María Guadalupe (otra) que contraería nupcias con Andrés Burriel Montemayor, capitán retirado de granaderos de Reales Guardias Españolas; Ana María, y Ramón Ángel, difuntos; Ramón, capitán en México; y por último María Concepción Posada Fernández de Córdoba, que contraería matrimonio con Fernando de Posada Herrera[20].
En 1789, en México, Ramón de Posada y Soto se vio en la necesidad de certificar la paternidad de los tres primeros[21] y a su muerte dejó por legítimos herederos a los que le sobrevivieron, es decir, a Vicente, Francisco, Ramón, María Guadalupe y María Concepción, hijos estos de su primer matrimonio; y a Juana, hija de sus segundas nupcias[22].
Enviudó en 1799[23] contrayendo nuevamente en Madrid el 19 de marzo de 1800[24] con María Magdalena López‑Cabrejas Gómez[25], de cuyo matrimonio nacerán, Eusebia, que no les sobrevivió, y Juana Posada López. Tras la restauración del absolutismo pasó el matrimonio a vivir a la mencionada “Casa de los Toledo”, domicilio donde ambos fallecerían. Sobrevivió Magdalena casi medio siglo a su marido testando a la edad de 84 años, el 28 de agosto de 1863, ante el notario toledano Gregorio Carrasco[26]. Fueron sus testamentarios, José Ibarra, vecino de Madrid; José Pérez Caballero, su nieto; Celestino Mier, Deán de la Santa Primada Catedral de Toledo; y Hermenegildo Hurtado, marqués de Hermosilla. Dejó por universales herederos a sus dos nietos, hijos legítimos de los difuntos Juan Pablo Pérez Caballero Soria, agente procurador general, y de Juana Posada, su hija, disponiendo que a Álvaro Pérez Caballero, «que está en su casa», le correspondan las diversas heredades que la familia posee en el lugar de Burguillos (Toledo) «y hallandose por desgracia incapacitado mentalmente el Dn Alvaro para el cuidado de su persona» nombra por su curador a su hermano José. Y a este, en esas fechas vecino de Madrid, entre otros bienes le
lego y mando (..) el retrato de mi difunto esposo hecho por Goya, el de mi hermano político D. Felipe Posada, el de mi finada hija Dª Juana de Posada madre que fue del expresado mi nieto D. José hecho por una hija del mencionado Goya[27], el de mi hijo político D Vicente Posada [Fernández de Córdoba] hecho en Manila […] y los veinte y ocho volúmenes en folio mayor con dos índices[28], que contienen datos y trabajos de mi difunto esposo desde que salió de España para Indias, hasta que volvió a la Península, encargando al dicho mi nieto que los conserve siempre como cosa y recuerdo de su abuelo, puesto que puede serle de utilidad y provecho[29].
Publicado en: Trespando Corredera, José Manuel, La Casa de Soto : El linaje olvidado de Cangas de Onís, Corao, Ayuntamiento de Cangas de Onís / Sociedad Perriniana de Corao, 2017, pp. 289-296.
[1] Rodríguez García, Vicente, El fiscal de Real Hacienda en Nueva España (Don Ramón de Posada y Soto, 1781‑1793, Oviedo, Universidad, 1985; “El fiscal Posada: índice para una biografía”, en Anuario de estudios americanos, ISSN 0210-5810, núm. 34, 1977, pp. 187-210 y “Proyecto del fiscal Posada sobre la incorporación a la Corona de los ensayadores de oro y plata de Nueva España”, en Anuario de estudios americanos, núm. 39, 1982, pp. 3-36. El autor mantiene, desde el año 2012, un blog dedicado a la figura de don Ramón de Posada y Soto: https://ramondeposadaysoto.wordpress.com
[2] Relacion de meritos de Ramon Posada. Años 1779‑1792. BCLM, manuscrito Mss/577.
[3] Expediente de pruebas del caballero de la orden de Carlos III, Ramón de Posada y Soto Rivero y Posada, natural de Cangas de Onís, Fiscal de la Audiencia de Méjico; caballero supernumerario. Año 1785. AHN, Estado, Orden de Carlos III, exp. 225.
[4] Viage desde Madrid a Cadiz. Años 1779‑1792. BCLM, manuscrito Mss/566. 300‑310.
[5] Expediente de información y licencia de pasajero a indias de Ramón de Posada y Soto, oidor de la Real Audiencia de Guatemala. AGI, Contratación, legajo 5519, N.2., R.16.
[6] «para la Intendencia en la fabrica de la Aduana, intervencion en la del Convento de Monjas de la Concepcion, Beaterio de Santa Rosa, casa para los Ministros de la Audiencia, composicion de caminos, y cuidar de la uniformidad de edificios, su seguridad, y lo demas perteneciente á Policia». Relación de méritos de Ramón Posada. Años 1779‑1792. BCLM, manuscrito Mss/577. f 379.
[7] Ibíd., ff 375‑376.
[8] Expediente de pruebas del caballero de la orden de Carlos III, Ramón de Posada y Soto Rivero y Posada, natural de Cangas de Onís, Fiscal de la Audiencia de Méjico; caballero supernumerario. Año 1785. AHN, Estado, Orden de Carlos III, exp. 225.
[9] Bernard, Gildas, Le Secrétariat d’État et le Conseil espagnol des Indes : 1700-1808, Genève, Librairie Droz, 1972, p. 228.
[10] Sección de Gracia y Justicia. Constitución del Tribunal extraordinario y temporal de Vigilancia y Protección de Madrid. (Expediente 14: Nombramiento como miembro del tribunal a Ramón de Posada). AHN, Sección de Gracia y Justicia, Estado, legajo 29A.
[11] Ibíd.
[12] «En la sesión de 12 de Junio se leyó un oficio del encargado del Ministerio de Gracia y Justicia; dando cuenta de haber nombrado la Regencia del Reino para desempeñar los cargos del Supremo Tribunal de Justicia á los señores siguientes: Para Presidente, á D. Ramón Posada y Soto, Decano del Consejo y Cámara de Indias […] el día 15 se presentaron todos los individuos nombrados á prestar juramento […]. Prestaron juramento en la forma prescrita el Presidente de dicho Tribunal D. Ramón Posada y Soto, los ocho Magistrados del mismo, …». Comenge, Rafael, Antología de las Cortes de Cádiz, [s.n.], tomo II, 1910, pp. 37‑38.
[13] Discurso pronunciado por el Excelentísimo Señor D Ramón Posada y Soto, Presidente del Supremo Tribunal de Justicia en 20 de Junio de 1812, día de su instalación. Impreso en Cádiz en la imprenta de Lerma. Año 1812. Este discurso vendría a sumarse a otros escritos de Ramón de Posada como Expediente sobre el comercio libre de harinas de Nueva España con las islas (1781‑1789), Exención de alcabalas a los utensilios y géneros que consumen las minas de Nueva España (1781) o Dictamen de la Representación del Consulado sobre el Libre Comercio (1792), etc., escritos que pasaron en su mayoría a manos de su nieto José María Pérez‑Caballero Posada en 1863.
[14] Certificación de partida de defunción de Ramón Felipe de Posada y Soto. AHA, Documentación Familia Posada Herrera, caja 11447, apartado 12.
[15] Genealogía de los alumnos del Real Seminario de Nobles de Madrid: Francisco y Ramón de Posada Fernández de Córdoba Soto y Zayas. Año 1800. AHN, Universidades, legajo 669, exp. 79.
[16] Ana María, era natural de la Villa de Canillas de Albaida (Málaga) e hija de José Fernández de Córdoba Ortega y de Dorotea Zayas y Ramos. Árbol genealógico de Ramón Felipe de Posada y Soto. AHA, Documentación Familia Posada Herrera, caja 11447, apartado 13/2º.
[17] Vicente Posada nació en México el 7 junio de 1781, fue bautizado el día 10 como Vicente Ferrer Pablo Matías Mariano Joaquín José Ramón Francisco Antonio Posada Fernández de Córdoba. Finalizó su formación jurídica en Alcalá de Henares en 1802 y fue admitido como abogado de los Reales Consejos en 29 de abril de 1806. Vicente Posada y Fernández de Córdoba. Año 1806. AHN, Consejos, legajo 12.165, exp. 34.
[18] Expediente de licencia de casamiento de Francisco Posada Fernández de Córdoba, Oficial de la Secretaría de la Gobernación de la Península, con María Nieves Posada Herrera. Año 1832. AHN, Mº Hacienda, caja 523, exp. 4488.
[19] María de las Nieves y Vicenta Posada Herrera, eran hijas legítimas del coronel de los Reales Ejércitos Blas Alejandro Posada Castillo, diputado por las primeras cortes de Cádiz, y de Josefa Herrera Sánchez de Tagle Rivero y de los Ríos, familia con importantes posesiones en el valle de Ardisana.
[20] Fernando, hermano de las citadas de María de las Nieves y Vicenta Posada Herrera, hijo por tanto de los citados Blas Alejandro Posada Castillo y de Josefa Herrera Sánchez de Tagle.
[21] Árbol genealógico de Ramón Felipe de Posada y Soto. AHA, Documentación Familia Posada Herrera, caja 11447, apartado 13/2º.
[22] Certificación de partida de defunción de Ramón Felipe de Posada y Soto. AHA, Documentación Familia Posada Herrera, caja 11447, apartado 12.
[23] Ana María Fernández de Córdoba y Zayas fallece intestada en Cangas de Onís el 2 de febrero de 1799 «haviendo dejado de dicho Matrimo siete hijos llamados D.a Maria del Buen suceso, D.n Bicente, D.a Maria Guadalupe, D.n Francisco, D.a Ana Maria, Ramon, y D.a Maria Concepcion». Difuntos 1733-1809. AHDO, Libros Parroquiales de Cangas de Onís, legajo 10.3.17.
[24] Expediente de licencia de casamiento de Ramón Posada Soto, con María Magdalena López Cabrejas. Año 1800. AHN, Mº Hacienda, caja 512, exp. 2325. En el expediente se incluye una certificación de bautismo de Ramón Felipe Posada Soto expedida por Sebastián Álvarez de las Asturias y Nava, cura propio de Santa María de Cangas, firmada y signada por los escribanos del concejo José Antonio Otedo, Juan Manuel Sarro y Santos José Carcedo.
[25] Magdalena López‑Cabrejas, era natural del lugar de La Laguna (Cuenca), hija de Miguel López‑Cabreras y de Catalina Gómez de Mora. Sobrina por tanto de Juan Antonio López Cabrejas, canónigo de la catedral de Ávila en 1768 y nombrado años más tarde deán de Burgos, desde donde fue promovido al deanato de la iglesia primada de Toledo en marzo de 1786. En 1801 fue nombrado arzobispo de Burgos, cargo que desestimó. Falleció en la ciudad imperial en 1812.
[26] Protocolos de Gregorio Carrasco. Año 1863. AHPT, legajo 22117 (numeración antigua 16062), ff. 401–410.
[27] Rosario Weiss era hija ilegítima de Francisco de Goya, su “ahijada”, y de Leocadia Zorrilla, su “ama de llaves”.
[28] El total de estos 31 volúmenes se encuentran depositados actualmente en la Biblioteca de Castilla‑La Mancha (BCUM).
[29] Protocolos de Gregorio Carrasco. Año 1863. AHPT, legajo 22117 (numeración antigua 16062), ff. 401–410.