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La Fiesta del Árbol tenía por objeto la plantación de árboles en lugares públicos. Esta costumbre había sido establecida por iniciativas particulares y atendiendo a sus fines educativos se procuró extenderla a todos los lugares de España, interesando a los maestros de escuela para que aconsejaran a los niños la defensa y el cultivo de los árboles plantados[1]. El real decreto de 11 de marzo de 1904 se promulgó para extender la fiesta, concediendo premios y recompensas a las personas y niños que más se distinguiesen por su amor a la misma. Para su organización, las autoridades, corporaciones y particulares podían constituir juntas locales que se entendían oficialmente con los ingenieros jefes de los distritos forestales y se debía procurar que formasen parte de ellas el alcalde, el médico que llevase residiendo más tiempo en la población, el cura párroco, el maestro de escuela de mayor categoría y el primer contribuyente. Una real orden de 16 de octubre de 1914, viendo la conveniencia de impulsar dicha fiesta, impuso a los funcionarios del servicio forestal, como personas más indicadas por su profesión, la obligación de organizarla al menos una vez al año. Por fin, el real decreto de 5 de enero de 1915 declaró obligatoria la celebración anual de la Fiesta del Árbol en todos los municipios españoles.

La idea era considerada excelente pues de este modo se aficionaba a los niños a la arboricultura, tan abandonada y maltratada en España. Algunos, sin embargo, como el maestro y abogado Manuel Sánchez Fresno, director de las Escuelas Pepín Rodríguez en Colloto, creían que se necesitaban más escuelas agrícolas y granjas rurales donde se enseñaran de manera práctica los tipos de cultivos, que fiestas del árbol con comidas a los niños y discursos de los alcaldes. En el mismo sentido, Ramón B. Girón dice que ante la falta de arbolado en España los gobiernos se han limitado a crear la Fiesta del Árbol, una magnífica institución y bien cimentada pero que en la forma que se lleva a cabo “no pasa de ser una especie de pretexto para que algunos centenares de niños merienden con buen apetito una tarde cada trescientos sesenta y cinco. Un noventa y cinco por ciento de esos pocos árboles plantados, sin dirección, sin orden y sin concierto, no llegar a arraigar; pero en cambio se celebró la alegre fiesta, cuyo recuerdo dura, mientras se digieren las golosinas repartidas y los periódicos bombean a D. Fulano o a D. Mengano directores de la excursión”[2].

El primero de mayo de 1927, se celebró en la villa[3] de Mestas de Con la Fiesta del Árbol, organizada por la maestra de San Martín de Grazanes, María del Carmen Greses Catalá, que al año siguiente la establecería en el pueblo donde impartía su magisterio. El canónigo de Covadonga y fotógrafo José González Merás tomó varias imágenes del acto y El Auseva, semanario de Cangas de Onís, publicó una crónica, firmada por un tal Lope, que reproducimos a continuación:

Fiesta del Árbol

El domingo, 1.º de mayo se celebró en esta villa la simpática Fiesta del Árbol, que había despertado gran interés entre la grey infantil y todo el vecindario.

Por la mañana se reunieron todos los niños de las escuelas, con sus maestros, en el campo de San Pumés, desde donde, formados en dos filas, con las banderas y la música al frente, se dirigieron a la parroquial de Con, donde el celoso cura párroco dijo una misa, escuchada fervorosamente por infinidad de fieles. Después de este acto religioso, los niños, formados nuevamente, regresaron a sus casas, cantando himnos patrióticos.

Por la tarde los niños y numerosa concurrencia se personaron en el jardín de la nueva escuela, donde después de la bendición de los árboles por el párroco, se procedió a la plantación de los mismos, operación que realizaron los niños ayudados por el señor alcalde pedáneo y, dirigidos por el señor maestro de la parroquia, recorrieron el pueblo en procesión cívica, acompañados de sus maestros y cantando los himnos a la bandera y al árbol.

Terminado esto y congregados todos ante la tribuna que se levantó en el hermoso campo y que fue magistralmente adornada por lindas jóvenes de la localidad, se hizo un silencio sepulcral, que reinó mientras los disertantes hicieron uso de su palabra.

Fue el primero el señor cura párroco don Jesús García, que hizo un resumen de la historia de la fiesta que se celebraba en el lugar por primera vez, examinó el árbol bajo los aspectos económico y fisiológico y terminó su elocuente discurso con una pequeña, pero utilísima lección de arboricultura. Fue muy aplaudido. Cinco niñas y cinco niños recitaron poesías patrióticas, que les valieron a todos y a cada uno de ellos clamorosas palmadas.

El señor maestro don Ramón Canteli leyó magistralmente unas cuartillas en que nos hablara de la importancia de la fiesta, de la importancia y utilidad del árbol y de los cuidados y atenciones que debemos prodigarle. Fue su lectura muy brillante y, al igual que los que le precedieron en el uso de la palabra, aplaudidísimo.

Terminó la fiesta con un resumen de la misma, hecho por don Jesús García y con una merienda dada a los niños. Dio las gracias a las personas que contribuyeron al esplendor de la fiesta, especialmente a la culta maestra de Beceña, que fue su organizadora, en compañía de doña Nieves de Cangas; y con vivas a la cultura y a España terminó este día que ha de perdurar en la memoria de los que, a pesar del mal tiempo que reinó, acudieron a presenciarla[4].

***

En el concejo de Cangas de Onís la fiesta se celebró por primera vez, salvo otra información en contrario, el día 2 de enero de 1901 en Corao, organizada por la Escuela Don Rodrigo Álvarez de las Asturias. Los alumnos plantaron, en el campo que rodeaba la escuela, varias clases de árboles bajo la dirección del maestro Antonio Nava Teleña. En 1904 Eduardo Llanos, fundador de dicha escuela y a la sazón presidente de la Cámara de Comercio de España en Londres, remitió al presidente de la Asociación de los Amigos de la Fiesta del Árbol en Barcelona, “un estado comprensivo de los dieciséis pueblos de la provincia de Oviedo que han celebrado este año la fiesta del árbol, con la relación del número de árboles plantados y las especies empleadas en la operación, debiéndose a la filantropía y amor a la patria del señor Llanos el desenvolvimiento de la fiesta del árbol en aquella provincia”[5]. Escribe Fermín Canella, en la Historia de la Universidad de Oviedo, que en su escuela arraigó la Fiesta del Árbol: “los jóvenes alumnos han plantado árboles maderables y frutales de varias clases; tienen campo de ensayos agrícolas en la huerta de Hueña…”[6]

Fueron las escuelas y maestros quienes divulgaron su celebración. Así, cuatro días después de la fiesta de Mestas de Con leemos en Región la crónica de la que se celebró en Beceña, también por primera vez, organizada por los maestros nacionales de la localidad, Trinidad Villafañe y Francisco Sobrecueva. Presidida por el alcalde, cura párroco y celador, asistieron los maestros de Mestas, Con y Llenín con sus respectivos alumnos y numeroso público de todas las clases sociales. Hubo misa, bendición del plantío y los maestros pronunciaron sendos discursos, recitando algunos niños diversas poesías[7]. Al año siguiente, 1928, los maestros María del Carmen Greses y Francisco Sobrecueva organizaron la fiesta en San Martín de Grazanes siguiendo el protocolo habitual: presencia de autoridades, maestros y alumnos de las escuelas circundantes; procesión cívica al lugar de plantación; alocuciones de los maestros y párroco; poesías a cargo de los niños y merienda. En esta ocasión, es de destacar la velada escolar que se celebró por la noche, representando los niños diversas piezas teatrales[8]. En este año también se hizo la fiesta en Corao y en Corao Castiellu siendo el maestro de este último lugar muy activo en sus comunicaciones con el Ayuntamiento, ya fuese para conocer la cantidad de que disponían para gastos (a cada escuela del concejo le correspondían 31,50 pesetas en 1929) ya para gestionar ante la Diputación provincial el envío del mayor número de moreras para su plantación durante la Fiesta del Árbol[9]. El Ayuntamiento de Cangas de Onís, al menos durante los primeros años, evitó con reincidencia la organización de la fiesta, como le reprocha El Auseva: “Cuando se trata de cosas que  redundan en pro de los intereses comunales y de la cultura, el alcalde que padecemos hace caso omiso”[10]. La obligación legal, más que la crítica periodística, hizo recapacitar al consistorio que, en sesión del 19 de octubre de 1915, acordó dirigir comunicación al ingeniero jefe de Montes de la provincia para que se dignase ordenar la remisión al Ayuntamiento de 350 árboles de los viveros del Estado para su celebración[11]. Aun desconociendo el resultado de los fines educativos que la originaron, no parece que la Fiesta del Árbol haya tenido otra relevancia en el concejo de Cangas de Onís que la de ser una culta, simpática e intrascendente celebración.


[1] Sobre esta fiesta, véase: Sierra Vigil, José Miguel, La culta y simpática fiesta : La Fiesta del Árbol en la Política Forestal y la Historia de España, Madrid, Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino, 2011. ISBN: 978-84-491-1079-5.

[2] Girón, R. B., “Desde el terruño”, en El Auseva, Onís (sic), año XXV, núm. 1265, 3 de julio de 1915, pp. 1-2.

[3] El título de villa fue concedido a Mestas de Con, por real decreto de Alfonso XIII, el 25 de noviembre de 1919, “por el creciente desarrollo de su agricultura, industria y comercio, y por su constante adhesión a la monarquía”. Gaceta de Madrid, núm. 331, 27 de noviembre de 1919, p. 955.

[4] Lope (seudónimo de autor desconocido), “Fiesta del Árbol en Mestas de Con”, en El Popular, 5 de mayo de 1927, año VIII, núm. 312, pp. 3-4. Las fotografías, realizadas por Merás, que ilustran este artículo pertenecen a la colección de Pachín de Mestas (Francisco Sánchez Alonso).

[5] La Vanguardia, Barcelona, año XXIII, núm. 11122, 2 de junio de 1904, p. 8.

[6] Canella y Secades, Fermín, Historia de la Universidad de Oviedo y noticias de los establecimientos de enseñanza de su distrito, Oviedo, 1903, pp. 505-506.

[7] Región, Oviedo, año V, núm. 1223, 5 de mayo de 1927, p. 12. No se indica la fecha de celebración de la fiesta.

[8] Región, Oviedo, año VI, núm. 1556, 25 de mayo de 1928, p. 13.

[9] Ayuntamiento de Cangas de Onís, actas de la comisión permanente, libro 3, sesiones del 26 de enero y 23 de febrero de 1928; libro 4, sesiones del 7 y 21 de febrero de 1929.

[10] El Auseva, Onís (sic), año XXV, núm. 1250, 20 de marzo de 1915, p. 3.

[11] El Auseva, Onís (sic), año XXV, núm. 1281, 23 de octubre de 1915, p. 3.