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Apellido Labra, Carilda Oliver Labra, Cuba, Emigración, Genealogía, Heráldica

Urbano Martínez Carmenate, en su biografía sobre Carilda Oliver Labra[1], menciona los ancestros asturianos de la gran poetisa cubana y bosqueja, en una decena de páginas, las difíciles circunstancias que sus familiares, emigrantes en la isla caribeña, tuvieron que afrontar, incluyendo el regreso a Asturias, concretamente a Mestas de Con, para huir de la guerra de Cuba. Su genealogía nos remite a las parroquias de Santa Eulalia de Abamia y San Pedro de Con. Vamos a detenernos, sucintamente, en el apellido Labra.
El lugar de Corao Castiellu es, de los pueblos del concejo de Cangas de Onís, el que mejor ha conservado, hasta hace muy pocos años, su patrimonio arquitectónico. Las casas de los Labra, Noriega y Soto con sus armas labradas, otras de menor prosapia pero igualmente estimables, y las capillas del Santo Ángel de la Guarda y de San Antonio de Padua, conformaban un núcleo de población propio del siglo XVII que las nuevas construcciones, de habitación y agropecuarias, y la progresiva ruina de algunas de las antiguas, han adulterado para nuestro lamento.
Las investigaciones de José Manuel Trespando Corredera[2] nos han permitido conocer interesantes datos sobre las edificaciones construidas por Francisco de Soto Sobrecueva y la fundación de la escuela de Corao Castiellu pero son muchos los que ignoramos sobre las demás familias hidalgas del lugar. Sin documentación no es posible revelar su historia de un modo plenamente admisible, pero la curiosidad nos pide que aproximemos una genealogía de los descendientes de Fernando de Labra fundador de un mayorazgo en el tránsito entre los siglos XVI y XVII.
En las tres casas blasonadas de Corao Castiellu, que aún hoy conservan escudos, figuran las armas de los Labra, un apellido de origen toponímico que procede del muy próximo lugar homónimo, cabeza de la parroquia de San Bartolomé de Labra e hijuela de Santa Eulalia de Abamia, situado en la margen izquierda del río Chicu, antiguo río Llamarez, siendo su altitud de 290 metros sobre el nivel del mar. En el siglo XIII es citado como villa de Lábara o Labra, perteneciente al alfoz de Cangas[3]. En asturiano el topónimo es Llabra que, por razón de la aculturación del país, ha quedado en este concreto lugar prácticamente en desuso. Su significado es muy claro: labrar es trabajar la tierra preparándola para su cultivo.

Francisco Sarandeses nos describe las armas de los Labra: De sinople, con un caballero armado, a caballo, clavando una lanza en la boca a una serpiente de su color natural[4]. Los escudos de las casas de La Cantera y de Francisco de Soto Sobrecueva, en Corao Castiellu, que fueron esculpidos por el mismo cantero como bien se ve por su factura y año de ejecución (1763), muestran, mirando a la derecha, a un caballero montado que clava su lanza en la garganta de una gran serpiente, con el añadido, en el ángulo diestro del jefe, de un castillo de esmalte a determinar.

El de La Cantera, cortado en tercio, presenta en la parte superior las armas de García y en la inferior las de Labra. Menciona Sarandeses otra piedra de armas de los Labra, conservada en el Museo Provincial de Oviedo (hoy Museo Arqueológico de Asturias), que muestra similitudes pues el castillo va surmontado de tres flores de lis. Estas también existen en el escudo de los García existente en el palacio de Parolu (~Paroro).

De esto puede inferirse que María García, esposa de Diego de Labra González y madre de Francisco Antonio de Labra García, quien mandó esculpir y colocar en su casa de La Cantera el escudo mencionado, perteneciese a los García de Paroro, pero no hemos encontrado documentación que nos permita asegurarlo y, sin embargo, algunos detalles nos orientan hacia el concejo de Amieva.
En 1654, Fernando de Labra, por sí y en nombre de sus hijos: Álvaro, María y Ana, y de Isabel Alonso de Vega, su mujer difunta, ejerce el derecho de presentación al beneficio curado de San Martín de Argolibio (Amieva) como descendientes de la Casa de Vega[5]. Seis años después, los expresados hijos y el escribano Diego de Labra, conociendo que el beneficio simple de Santa María de Mián (Amieva) había quedado vacante por el fallecimiento del licenciado Gómez de Posada, como patronos y presenteros, lo otorgaron a Pedro González de Teleña, clérigo de menores[6]. Por otro lado, en 1736, el padrino de bautismo de Francisco Antonio de Labra García fue Pedro García, vecino del lugar de Amieva.
Tirso de Avilés, en el siglo XVI, escribe que el concejo de Onís (lapsus o yerro, pues se refiere a Cangas de Onís) hay unos hidalgos “que son principales de solar conocido, que se llaman de Labra” y, como ocurre con algunas otras familias oligárquicas del valle del Güeña, sitúa a un ascendiente de los Labra en el entorno legendario de los compañeros de Don Pelayo:
andando con el infante Pelayo quando fue la batalla de Cobadonga, en las faldas de aquel monte, havia una sierpe mui crecida, que ninguno se atrevía a matarla, y este de Labra descendió del monte, y puesto armado a cavallo la mato con una lanza; y el rey y los que estaban arriba del monte, le gritaban diciendo: A que la abre, y de allí se llamó Labra. Y ansí le dió el Rey por Armas y a sus descendientes un hombre a cavallo con una lanza hincada el hierro de ella en una sierpe, que fue la misma que mató en campo verde. Las armas son como están aquí, y el blasón es el siguiente:
Por mostrar más su pujanza,
El de Labra mui valiente,
Pasándola con su lanza,
Delante de mucha gente.
El rey Pelayo lo vió,
Del alto monte escabroso,
Y de allí dice orgulloso:
Oh! que la abre; y el tomó
De Labra el nombre gracioso.
Por armas mandó pintase,
A cavallo un hombre armado,
Con un venablo empuñado,
Y a la sierpe allí matase,
Y en campo verde esmaltado[7].

El último de los escudos con las armas de Labra, entre los existentes en Corao Castiellu, es el que figura en la casa de los Fernández del Cueto, fechado en 1676 y dividido en cuatro cuarteles, con las armas de Fernández del Cueto, Noriega, Labra y Arenas. Las armas de Labra, que son idénticas a las de los anteriores, pero en este caso orientadas a la izquierda, figuran en el cuartel inferior izquierdo. En la orla leemos, en la línea superior: “ARMS DEL QVETO Y NORIEGA”; en la inferior: “DE LABRA [deteriorado] ARENAS”; a la izquierda: “AÑO DE 1676”; a la derecha: “PUSOLA DIEGO DE L[ABRA]”[8]. El escribano Diego de Labra, que ejerce a mediados del siglo XVII[9], era hijo de Juan de Noriega de Labra, como él mismo manifiesta en una escritura otorgada junto a la ermita de San Nicolás de Corao el 6 de junio de 1644[10]. Debió nacer en 1614, pues en los padrones de moneda forera del concejo de Cangas de Onís, correspondientes al año 1656 y al tratar sobre el cuarto de Labra, dice tener 42 años[11]. Sería sepultado el 28 de enero de 1682 en el cuerpo principal de la iglesia de Abamia, delante del altar de Nuestra Señora, signo inequívoco de su relevancia social.
Nos parece indudable la existencia de una relación de parentesco entre las diversas líneas del apellido Labra pertenecientes a las parroquias de Labra y Abamia pero, como la documentación que manejamos es escasa, la posibilidad de error es clara al entrecruzarse personas homónimas. Mientras no sea posible identificar correctamente las distintas sucesiones familiares nos centraremos en la genealogía canguesa de los Labra emigrados a Cuba y Estados Unidos, familiares de la poetisa cubana Carilda Oliver Labra.
A este respecto, resulta de gran ayuda la escritura matrimonial otorgada en Labra el 14 de octubre de 1793 ante Rafael García, escribano público de Cangas de Onís, en la que se menciona la fundación por Fernando de Labra de un vínculo perpetuo, un mayorazgo, a testimonio de Santiago González de Teleña, escribano de Cangas de Onís, en el tránsito del siglo XVI al XVII, según nuestros cálculos[12].
Su hijo y sucesor, otro Fernando de Labra, fue un hidalgo de solar conocido según va anotado en el padrón de 1650 correspondiente al lugar de Corao Castiellu y regidor del concejo de Cangas de Onís en ese mismo año. Seis años después, cuando es teniente de juez del concejo por el estado noble, se le asienta del mismo modo. Estuvo casado con Isabel Alonso de Vega[13] o Isabel Fernández de la Vega[14], en cuyo matrimonio tuvieron por hijos a Álvaro de Labra, María Fernández de Labra y Ana Fernández de Labra. Agregó otros bienes al vínculo fundado por su padre, a testimonio del escribano Diego de Labra.
De Álvaro de Labra, que casó con María González Noriega, nada podemos decir, tan solo que fueron padres de Diego de Labra González, nacido en la parroquia de Abamia (suponemos que en Corao Castiellu) el 26 de agosto de 1698 y fallecido el 8 de mayo de 1756.
Contrajo matrimonio este Diego de Labra con María García que agregó diversos bienes al vínculo perpetuo fundado por Fernando de Labra, por escritura que pasó ante Santos Josef Carcedo. Fueron padres de Álvaro y Francisco Antonio de Labra García[15], sucesor este en el mayorazgo y quien, como va dicho, mandó colocar en la casa de La Cantera el escudo nobiliario. También llamado Francisco de Labra el Mayor, fue empadronador por el lugar de Corao Castiellu en el año 1794[16]. En virtud de tal, se anota como hidalgo notorio de casa y solar conocido, armas poner y pintar; del mismo modo, a su esposa [María] Josefa de Intriago[17] y a sus hijos Pedro de Labra[18], clérigo de primera clase, y Francisco de Labra. La escritura matrimonial[19] por la que Francisco Antonio de Labra García, su esposa Josefa de Intriago y el presbítero Pedro de Labra Intriago, su hijo primogénito, se ajustan con José González de la Torre Sarmiento[20] y Manuela Alonso de Alles Caso[21], para celebrar el enlace de Francisco de Labra Intriago[22] y Bárbara González de la Torre Alonso de Alles, se otorgó el 14 de octubre de 1793 ante Rafael García, escribano público del concejo de Cangas de Onís, en Labra, en las casas de morada de José González de la Torre. Convienen en sustentar las cargas del matrimonio, para que los contrayentes puedan vivir con alguna comodidad y decencia.
Al tiempo de esta escritura, los bienes pertenecientes al vínculo eran la casa de morada donde habitaban Francisco de Labra y Josefa de Intriago, con la huerta pegada a ella; dos hórreos; una casa de ganado y todo lo perteneciente a dicha posesión, además de las propiedades sitas en las erías y términos del lugar de Corao Castiellu y del de Amieva, en el concejo de su mismo nombre. En el documento se dice que Francisco y Josefa añadieron diversos bienes al vínculo perpetuo, la mayor parte en el prado de Tresnoceda (~Tras Noceda), cerrado sobre sí con su casa de ganado.
Francisco de Labra y Bárbara González de la Torre tuvieron dos hijos, Diego, continuador de la saga, y Ana María, que falleció siendo niña.
El sucesor en el vínculo, Diego de Labra González de la Torre[23], nacido el 6 de enero de 1796, contrajo matrimonio en primeras nupcias con Francisca Tejuca Soto[24] en la capilla del Santo Ángel de la Guarda de Corao Castiellu el 6 de febrero de 1815. De este enlace nacerían cinco hijos: Diego; Benito[25], Bárbara[26]; Pedro Francisco y Manuel de Labra Tejuca. Benito será el padre de Fernando de Labra de Francisco [27].
Fallecida su primera esposa contraerá un segundo matrimonio con María Concepción González [de Teleña] Pérez[28], en la parroquia de San Pedro de Con, el 31 de enero de 1833. Ella era viuda de Pedro de la Fuente[29], vecino de Llanu Con, de cuyo matrimonio tuvo un hijo: Pedro de la Fuente González, padre de Ildefonso de la Fuente Noriega, comerciante en Cádiz. Se explica así su relación familiar con Fernando de Labra de Francisco, establecidos ambos en la ciudad andaluza durante la segunda mitad del siglo XIX. El matrimonio Labra González tuvo por hijos a: Benita; María Concepción; María Teresa; Francisco; Juan y Antonio de Labra González, estos dos últimos gemelos.
El hijo primogénito, Diego de Labra Tejuca, nacido en Corao Castiellu el 12 de junio de 1816, casó con Josefa Noriega Nevares, natural de la vecina parroquia de San Pedro de Con. El matrimonio debió pasar a Madrid, pues en la capital vive su viuda cuando acoge a una sobrina huérfana, María Mercedes Fernández de Labra[30], que con el tiempo habría de ser también su nuera al contraer matrimonio con su hijo, Alfonso de Labra Noriega. Sin embargo, el amor entre los primos pasaría, antes de la boda, por el amargo trago del fallecimiento de Josefa Noriega, a comienzos de 1893. Al fin, se produce el casamiento por poderes y la recién desposada embarca con destino a México donde la pareja se establecerá un breve periodo de tiempo antes de emigrar a Cuba, avecindándose en la localidad de Matanzas donde viven Felipe, Enrique e Ildefonso Lles Noriega, primos de Alfonso.
En febrero de 1895 estalla la revolución en Cuba y el matrimonio retorna a España, a sus raíces asturianas en Mestas de Con, donde nacen Manuel[31] y Caridad Labra Fernández y donde permanecerán hasta el fin de la guerra. Concluida esta, Alfonso de Labra regresa, solo, a la isla. Quiere cerciorarse de que las condiciones son las adecuadas para el retorno de su familia. Se coloca como mayoral de la finca La Antonia y allí se enfrenta a unos bandoleros que asaltan la propiedad perdiendo el brazo derecho y recibiendo una herida en el vientre durante la disputa, herida que acabará llevándolo a la tumba en 1903. Mercedes, su esposa, y sus hijos Alfonso, Caridad y Manuel habían regresado a Cuba pocos meses antes.

Con dificultades, la viuda logra sacar adelante a la familia y pasado el tiempo Caridad, convertida en hermosa muchacha, conoce a quien habría de ser su esposo, Pedro Oliver Benavides, y padre de sus hijos Carilda, Olivia, Pedro y Efraím.
La revolución cubana supone un nuevo hito en la historia de los Labra, concretamente en la rama familiar establecida en Cuba. Mientras Carilda permanece en la isla, donde alcanzará fama literaria y honores institucionales, su hermano Pedro, rector de la Universidad Central “Marta Abreu”, de Las Villas, se ve obligado a huir en una balsa con destino a los Estados Unidos, donde hoy viven muchos de los descendientes de Alfonso y María Mercedes.
Francisco José Pantín Fernández
[1] Martínez Carmenate, Urbano, Carilda Oliver Labra : la poesía como destino, La Habana, Editorial Letras Cubanas, 2004.
[2] A quien agradezco sus valiosas aportaciones para este artículo.
[3] Fernández Martín, Luis, “Registro de escrituras del monasterio de San Salvador de Celorio 1070-1567”, en Boletín del Instituto de Estudios Asturianos, Oviedo, Diputación Provincial de Oviedo, año XXVII, enero-abril 1973, pp. 33-139: 155. L. 4940. 1231.— Venta que a favor de Diego Michaeliz y María Joannis su muger otorgó Sancha Joannes de la hazienda que tenía en el alfoz de Cangas en la vila de Lábara o Labra (p. 72); 157. L. 4940.— Venta que a favor de Diego Miguelez y su muger María Joannis otorgaron Elvira Joannis y su hija Theresa Ordoñez de la hazienda que tenían en el alfoz de Cangas en la villa de Lábara (o Labra) (p. 73); 172. L. 4940. 1245.— Venta y donación que a favor de sus hijos Sancho y Diego Díaz otorgaron Diego Miguelez y María Joanniz su muger de la misma hazienda en Cangas en la villa de Lábara que compraron a Elvira Joannis (p. 75); 177. L. 4947. 1252.— Otra de venta de bienes en Lávara de Cangas, Pascuero y Roenes en Arenas otorgada por María Joannis a sus hijos Sancho Díaz y Diego y Elvira, año de 1252 (p. 76); 178. L. 4940. 1252.— Venta que a fabor de sus hijos Sancho, Elvira y Diego Díez (sic) otorgó María Joannis de la su hazienda en los lugares de Lábara, Pascuera, Arenas, Roenas y Unozeño (p. 76).
[4] Sarandeses, Francisco, Heráldica de los apellidos asturianos, Oviedo, RIDEA, 1994, 2ª edición, pp. 210-211.
[5] Archivo Notarial de Cangas de Onís, en adelante Anco, protocolos de Diego de Labra, caja 22/1. En Corao Castillo, a 14 de julio de 1654. Fernando de Labra, por sí y en nombre de Álvaro, María, y Ana, sus hijos y de Isabel Alonso de Vega, su mujer difunta, y María Fernández, mujer de Pedro González del Castillo, dijeron que había llegado a su noticia que el beneficio curado de San Martín de Argolibio, concejo de Amieva, al presente está vaco por fin y muerte de D. Juan Alonso de Vega, su último poseedor, y ellos como descendientes de la Casa de Vega, dan sus voces y presentaciones a los licenciados Juan García de Vega y a Francisco García de Amieva, clérigos de menores, para que sean curas en el dicho beneficio.
[6] Anco, protocolos de Diego de Labra, caja 23/1. En Corao Castillo, a 14 de mayo de 1660. Se reunieron Álvaro de Labra, María Fernández de Labra y Ana Fernández de Labra, hijos que quedaron de Fernando de Labra e Isabel Fernández de la Vega, su mujer difunta (…) «todos ellos juntos parecieron ante mi el dicho ssno y con ellos, yo, el dicho ssno y dijeron y otorgaron y digo y otorgo que por quanto a su noticia es venido que el beneficio sinple de Santa mª de mian esta baco por fin y muerte del licendo gomez de posada, su ultimo posehedor, que abra ocho u quince días murio, y a los dhos otorganttes les toca y me toca a mi ssno de presentar en el cho veneficio simple de Santa mª de mian todas las veces que a bacado y baca, ellos y sus antepasados padres y abuelos, Por las descendenzias de sus casas de su presentazion y usando de drº de tales patronos y presenteros dijeron y otorgaron digo y otorgo que teniendo atenzion a las partes es justicia y suficiencia y en qe concurren las calidades necesarias de Pedro glez de Teleña, clérigo de menores…
[7] Avilés, Tirso de, Armas y Linajes de Asturias y Antigüedades del Principado, Oviedo, IDEA, 1956, pp. 127-128.
[8] La piedra presenta alguna pérdida que dificulta su lectura exacta.
[9] Al menos desde 1641 a 1661, pero es de suponer continuaría en el oficio hasta su fallecimiento.
[10] Anco, protocolos de Diego de Labra, caja 21/1. En Corao, junto a la ermita de San Nicolás, a 6 de junio de 1644… pareció Pedro Canín de Zardón, usando poder de Cosme de Rodrigo de Tárano, vecino de Tárano, otorgado el 29 de mayo de 1632 ante Juan de Noriega de Labra (†) escribano que fue del número del concejo de Cangas de Onís, padre de mí escribano [Diego de Labra].
[11] No dejó manda pía alguna y testó ante Joseph Palacio, escribano de Margolles. Firma la partida Gabriel Fernández de Alcolea, cura párroco.
[12] A testimonio de Santiago González de Teleña, escribano público de Cangas de Onís. Sabemos de escrituras suyas fechadas en los años 1614 y 1615 y que falleció entre 1646 y 1650. Por lo tanto podríamos fechar la fundación de ese vínculo en el tránsito del siglo XVI al XVII.
[13] Véase nota 5.
[14] Véase nota 6.
[15] Nacido el 14 de octubre de 1736.
[16] Trespando Corredera, José Manuel, Padrones de hidalguía del concejo de Cangas de Onís, Corao, Asociación Cultural Abamia – Museo Basilio Sobrecueva, 2009, p. 171.
[17] Contrajeron matrimonio el 16 de enero de 1762 y tuvieron nueve hijos: Pedro Antonio, presbítero; María Antonia (nacida el 12 de marzo de 1764); Josefa (nacida en Corao Castiellu el 21 de julio de 1765); María Teresa (nacida en Corao Castiellu el 7 de septiembre de 1766); Antonio (nacido en Corao Castiellu el 6 de enero de 1768); Francisco de Labra Intriago, sucesor en el mayorazgo, nacido en Corao Castiellu el 14 de abril de 1769; Francisca (nacida en Corao Castiellu el 28 de marzo de 1771); Francisca, otra, (nacida en Corao Castiellu el 20 de abril de 1773) y Teresa Antonia (nacida en Corao Castiellu el 1 de abril de 1775).
[18] Nacido en Corao Castiellu el 16 de noviembre de 1762. Cura párroco de San Juan de Beleño en 1823. Fue presentado por Francisco Cortés y Posada, teniente de fragata de la Real Armada y coronel graduado de los Reales Ejércitos, como patrono que era, a la capellanía de Nuestra Señora de la Concepción fundada en la misma capilla de la villa de Cangas de Onís, contigua a la casa de morada del patrono, mediante escritura otorgada en Gijón a 9 de agosto de 1823 por testimonio de Benito Rodríguez de Llamas. Anco, protocolos de Pedro Antonio González, caja 396/1. En San Juan de Beleño, a 15 de octubre de 1823. Anotado en el lugar de Corao Castiellu, en el padrón de 1794, como clérigo de primera clase, hidalgo notorio de casa y solar conocido, armas poner y pintar. En 1817, como procurador (entiendo que lapsus por presbítero) e hidalgo notorio de primera distinción, casa y solar conocido, armas poner y pintar. En el de 1827, ya como presbítero y en las mismas condiciones. Trespando, op. cit., pp. 171, 303 y 440.
[19] Anco, protocolos de Rafael García, caja 67/1. Escritura matrimonial, en las casas de morada de Josef González de la Torre, Labra, 14 de octubre de 1793.
[20] Regidor decano y teniente de juez del concejo de Cangas de Onís, por ausencia de Francisco Antonio González de Teleña, en el año 1791. [Escritura de fecha 16 de enero de 1791, ante Santos José Carcedo]. Juez interino por ausencia de D. Antonio Blanco que lo es en propiedad por el Estado de los Nobles caballeros hijos dalgo del concejo de Cangas de Onís. [Escritura ante Josef de Otedo, en las Casas de Ayuntamiento de la villa y concejo de Cangas de Onís, a 16 de julio de 1787]
[21] Su mujer, con quien casó el 12 de octubre de 1778.
[22] Anotado en el lugar de Corao Castiellu, en el padrón de 1794, junto a su esposa Bárbara González, como hidalgos notorios. En 1817, aparecen ambos como hidalgos notorios de casa y solar conocido, armas poner y pintar. En 1827, figuran con la misma condición. Trespando, op. cit., pp. 171, 303 y 440.
[23] Citado en el padrón de 1817 del lugar de Corao Castiellu en compañía de su mujer, Francisca Tejuca, y su hijo Diego, como hidalgos notorios de casa y solar conocido, armas poner y pintar. En el de 1827, figura el matrimonio con sus hijos Benito, Pedro y Bárbara, como hidalgos notorios de casa y solar conocido, armas poner y pintar. No aparece Diego de Labra Tejuca. Trespando, op. cit., pp. 303 y 440.
[24] Natural de Celoriu. Hija de Pedro Tejuca González de la Torre, natural de Celoriu, y María Soto González, natural de Corao Castiellu, hidalgos en 1794 e hidalgos notorios de casa y solar conocidos, armas poner y pintar en 1817. En el padrón de 1827, hidalgos notorios. En 1831, María, ya viuda, nuevamente hidalga notoria de casa y solar conocidos, armas poner y pintar. Trespando, op. cit., pp. 154, 273, 435 y 533.
[25] Anco, protocolos de Antonio Pérez Sela, caja 214/1, Liquidación de las herencias de Benito Labra Tejuca (nacido en Corao Castiellu el 3 de marzo de 1818 y fallecido el 20 de septiembre de 1872) y de su esposa María de Francisco Noriega (fallecida el 18 de mayo de 1879), quienes habían contraído nupcias en Mestas de Con el 12 de diciembre de 1835. Dado en Celorio, el 19 de octubre de 1883, en que se presentaron Fernando, Diego, María Concepción y Teresa Labra, solteros, Manuel Salamea y su esposa Manuela Labra y Fernando Noriega como apoderado de Tomasa Labra para repartir los bienes de sus padres.
[26] Nacida en Corao Castiellu el 27 de diciembre de 1820. Casó en Labra el 18 de febrero de 1841 con Pedro José González [de Teleña] González (natural de Labra, hijo de Francisco González de Teleña Pérez y Manuela González Alonso). Tuvieron por hijos a Benita, Concepción, Anunciación, María Manuela, José y Raimundo.
[27] Nacido en Celoriu el 23 de abril de 1840. Hijo de Benito de Labra Tejuca y María de Francisco Noriega. Esta, a su vez, hija de Fernando de Francisco, de la parroquia de San Pedro de Con, y de María Noriega, de la misma parroquia. Su padrino Pedro de la Fuente y su madrina Bárbara Labra.
[28] Antonia María Josefa Concepción González de Teleña Pérez, nacida el 19 de septiembre de 1804. Hija de Francisco González de Teleña y Josefa Pérez Posada (esta de Inguanzo, hija de Toribio Pérez Bárzana y Ángela Posada Rivero). Josefa Pérez Posada falleció en Labra el 27 de octubre de 1818.
[29] Falleció el 14 de enero de 1832, en Llanu Con.
[30] Hija de Bernardo Fernández Narciandi y María Teresa de Labra González, media hermana de Diego de Labra Tejuca, padre de Alfonso de Labra Noriega.
[31] Manuel José Labra Fernández, bautizado en Mestas de Con el 23 de enero de 1900. Matemático y pedagogo.